lunes, 31 de agosto de 2009

Jacques Brel - Ces Gens La

Mi querídisima amiga tahotk me enseñó este magnifíco cantante belga. Canciones increíbles, llenas de sentimiento. Un sentimiento que hace que el cuerpo se estremezca. Una voz desgarradora que nos comunica toda la tristeza de sus letras.




Disfrutadlo. No tiene pérdida.

miércoles, 26 de agosto de 2009

El Culpable y la Inocencia.



"Hasta la cara de aquel culpable
Que contempla su próxima celda
Guarda un lado de inocencia
Cuanto menos admirable"


martes, 25 de agosto de 2009

Flor y el Monstruo


Nada más ver esta foto se me ocurrió una historia. Y voila! He aqui el resultado:

"Un día, Flor le dijo a su padre:

- Papi, papi. Hoy me he levantado con ganas de pescar lindos pececitos para luego dárselos a Piolín, nuestro lindo gatito.
- Bueno, vale. Pero ten cuidado con la caña. No quiero que se rompa ni que se pierda. Es un regalo de mi abuelo, y es muy preciada para mí. No sabes cuánto he hecho yo con esa caña. Y tus generaciones también... Y además...
- Vale papi. Tendré mucho cuidado.
- Me alegra oír eso, mi linda Florecilla.

La contenta Flor salió de su casa equipada con sus gafas multi-funciones y la caña de pescar de su padre bajo el brazo. Mientras, pensó en ir al lago que descubrió hace poco en algún lugar del bosque cercano a su casa. Caminó durante una hora hasta llegar al lugar. Cansada, descansó un rato y observó el lugar. Unos matorrales rodeaban un pequeño claro que daba al agua, la que tan apetitosa estaba como para bañarse. Flor pensó que quizás se debería haber llevado el bañador. Una vez descansada, preparó el cebo y lanzó la caña al agua ilusionada, porque sabía que su gato Piolín se zamparía más de un pececito esa noche.

Mientras Flor miraba al agua, no se percató de que hubo un ligero movimiento en los matorrales cercanos a ella. Si alguno de nosotros hubiese estado metido en el agua, y hubiese tomado una fotografía del momento, habría visto un terrible monstruo que se había percatado del inocente cebo de nuestra querida Flor. Un terrible monstruo que aparentaba no tener muy buenas intenciones... Si alguno de vosotros hubiese estado allí, justo en ese momento, habría intentado por todos los medios que Flor retirara la caña del agua. Pero no queridos, la que tiene las riendas de esta historia soy yo. Y creedme, no es un final feliz para nuestra protagonista.

Un fuerte tirón arrastró a la caña de pescar y a Flor al agua. Gracias a las gafas multi-funciones -que le servían como gafas de buceo- pudo ver al horrible monstruo que la observaba detenidamente con unos ojos inquisitivos. El monstruo la miraba de arriba a abajo, como si hubiese sido la primera vez que se encontraba con una humana. Conteniendo la respiración, Flor sólo pensaba en huir. Y entonces, el monstruo desvió su atención de la gordita Flor y miró detenidamente a la caña de pescar que se hundía por momentos. La recogió, la rompió y se la tragó. La niña, presa de terror había aprovechado y había subido a la superficie para coger aire.

- ¡Papi! ¡Mami! ¡Ayudad...!

Tarde. El monstruo la cogió por las piernas y la zarandeó por debajo del agua. Pobrecita Flor... La inocente Flor... Que solo quería pescar unos pocos peces para su lindo gatito Piolín... Y entonces, el monstruo le dijo:

- Hola niña, ¿quiéres ser mi amiga?

Flor se quedó sorprendida. Recapacitó durante unos momentos. Decidida, dijo:

- No. ¡Tonto! ¿Cómo quieres que sea tu amiga después de que me has tirado al agua y me has empapado? Además, has roto la caña de pescar de papá y me va a echar la bronca. ¡Tonto! ¡Tonto!

- Pero es que me encuentro muy solo. Soy el único de mi especie, porque fui expuesto a una mutación génetica.

- No digas chorradas, monstruo feo. En las exposiciones hay cuadros, que lo sé yo porque mi papi me llevó a una. Y algunos cuadros eran feos, pero no tan feos como tú.

Dicho esto, Flor subió a la superficie y enfadada, dejó en las profundidades del lago al que quiso ser su nuevo amigo.

Volvió a su casa y contó a sus padres lo que le había sucedido, y obviamente, lo entendieron como una excusa porque rompió la preciada caña de pescar de su padre. Estuvo castigada sin comer golosinas y sin salir con sus amigas durante un tiempo que le pareció una eternidad. Flor deseó nunca haber ido a ese lago.

Por su parte, el monstruo feo sintió como una ola de tristeza se apoderaba de él. Lloró. Y sus lágrimas saladas se mezclaron con el agua dulce del lago en el que siempre vivió, y al que fue excluido desde que nació. Sintió dolor por no poder cambiar su aspecto. Y con estos sentimientos, resentidos en lo más hondo de su ser, siguió durmiendo en su escondite."

Cierto, dije que no habría final feliz para la niña. Pero tampoco dije que hubiese final feliz para el bicho. A lo mejor otro día hago otra versión. Jajaja. Es lo que tiene la madrugada y el insomnio.

Detalle: Si, sé que es un poco dificil mantener una conversacion debajo del agua, pero allá cada uno con su imaginación.

Porque...


Añadir vídeoPorque quisiera salir de esta carcel que me aprisiona.


Porque quizás la solución está en que abra yo misma el candado.


Porque la soledad nunca supo tan amarga.


Porque te necesito, aquí, a mi lado.

viernes, 21 de agosto de 2009

La Vieja Casa de Juguete

Voy a intentar retomar un poco el blog, que está un poco abandonado. Aquí dejo un poema escrito por una poeta india. Probablemente en el amplio número de poemas que he leído, este es sin duda, uno de los que más me ha sobrecogido, ya no solo por la fuerza de sus palabras y expresiones, sino porque demuestra en cada verso el sufrimiento que quiere transmitir la autora. Refleja uno de los grandes problemas que, por ejemplo, sufre la India. La supremacía del macho ante la hembra. La fuerza del hombre contra la mujer y el poder dominarla. Sinceramente, un gran poema y una gran poeta donde las haya.

Kamala Das Suraiya
(India, 1934-2009)

La vieja casa de juguete (fragmento)


" Planeabas domesticar una golondrina, retenerla
En el largo verano de tu amor para que olvidara
No sólo las frías estaciones y los hogares dejados por el camino, sino
También la naturaleza, la urgencia de volar y los infinitos
Senderos del cielo. No fue para adquirir conocimiento
De otro hombre más que vine a ti, sino para aprender
Quién era yo y el aprenderlo, aprender a crecer, pero cada,
Lección que me diste fue sobre ti mismo. Te complacía
la respuesta de mi cuerpo, su clima, sus frecuentes y superficiales
Contracciones. Babeaste saliva en mi boca, te derramaste
En cada rincón y grieta, embalsamaste
Mi podré deseo con tus jugos agridulces. Me llamaste esposa
Aprendí a trocear la sacarina en tu té, y a
Ofrecer las vitaminas en el momento apropiado. Encogida
Bajo tu monstruoso ego comí del fruto mágico y
Me convertí en una enana. Perdí la voluntad y la razón
A todas tus preguntas murmuraba respuestas incoherentes.
El verano comienza a hacerse pesado.
recuerdo las brisas más fuertes del otoño
y el humo de quemar tus hojas.
Tu habitación tiene siempre luz artificial,
tus ventanas están siempre cerradas.
Incluso el are acondicionado ayuda poco,
Ante el penetrante olor masculino de tu respiración.
las flores cortadas en los jarrones ha comenzado a oler a sudor humano.
no hay más canto, ni baile, mi mente es vieja
Casa de juguete con todas las luces apagadas.
la estrategia del hombre poderoso es siempre la misma,
sirve su amor en dosis letales,
porque el amor es narciso al borde del agua, obsesionado
Por su propio rostro solitario y, sin embargo, debe al fin buscar
Un final, una libertad pura y total, debe desear que los espejos
Se rompan y que la noche amable borre el agua. "

Pensamiento Filosófico 1

Acabo de ver una cucaracha enana enfrente de mis narices. Parece una cría. Se pasea distante, como si nada ni nadie le preocuparan. Le dejo un trocito de manzana justo al lado, y empieza a comerlo. Sobrevivir en un espacio hostil como mi habitación con un milímetro de cuerpo. Una vez ingerida toda la comida que desea, comienza a pasearse dando vueltas, para volver de nuevo al trocito de manzana. Se vuelve a pasear, esta vez inspeccionando los objetos que hay sobre la mesa: un lápiz, una goma, unas tijeras… Y vuelve a meterse bajo la impresora. No ha vuelto a aparecer.

Esto me hace pensar en la cucaracha, como organismo viviente. La jodía cucaracha tiene 300 millones de años. Salió del agua como todos nosotros, le tocó las escamas a los dinosaurios y ahora toca los cojones a los seres humanos. Aunque miles y miles de pisadas en todo el mundo quieran acabar con las cucarachas, nunca lo conseguirán. Están ahí, y ahí se quedarán. Por siempre.


Por: Ankara