viernes, 4 de septiembre de 2009

Libros de Autoayuda

Una alternativa actual y de moda a la Biblia y otros textos sagrados, son los libros de autoayuda. Resulta irónico, por cierto, que sean conocidos como libros de autoayuda. Tal no nace tras una reflexión o introspección previas, y aún cuando exista un análisis de lo leído, el mismo prefijo podría asociarse, pues, a ciertas charlas con un amigo o el psicólogo. He aquí la razón de por qué considero absurda tal denominación.

Un matiz que me resulta especialmente molesto de estos, es la idea –absolutista- de que el ser humano tiene o puede llegar a tener una serie de problemas, ya catalogados como tal. Es decir, existe una clasificación entre todos aquellos aspectos de la vida (o esa es la intención) externos o internos de la persona que pueden suponer un problema para la persona en sí, y los que no. Y, teniendo como válido lo anterior, es de suponer que existen remedios o recetas para cada uno de ellos. Y existen. Con lo cual, podemos deducir –es inherente a lo anterior dicho- que las fórmulas de la felicidad, el triunfo y demás, son conocidas y al alcance de cualquiera con 15 o 20 euros. Ahora, ¿acaso la felicidad la adquieren todos los seres humanos de la misma manera? ¿Todos pueden sentirse realizados de la misma forma? ¿Anhelamos y preferimos las mismas cosas? No lo creo en absoluto, y en base a tal, refuto las ideas inargumentadas -puesto que desde sus inicios se tienen como inamovibles- de tales libros. Tales fórmulas no existen hasta ahora (y esperemos que tampoco en un futuro). Son cuestiones meramente individuales, no colectivas -¡de ahí la necesidad de establecer un diálogo con uno mismo!-.

De todas formas, ¿de dónde nace el planteamiento absurdo de que el fin último del ser humano en la Tierra es ser feliz? Y aún así, ¿de dónde surgió esa idea de que la felicidad sólo es alcanzable una vez cubiertas ciertas necesidades? ¿Por qué tristeza y felicidad son incompatibles? La concepción inicial de que estas cuestiones no pueden ser analizadas por su condición de dispares implica que tales suposiciones no puedan ser más que prejuicios, afirmación extrapolable a cualquier otro tema u asunto. Aunque no me extenderé más.

Que se joda la especie humana homogénea y utópica de sonrisa hipócrita y sentir artificial.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo tengo pensado escribir algún día un libro de no autoayuda. No que te ayude ni que te joda, sino que te ponga en duda todo lo que crees.
Cuando lo escriba te lo enseño x)

tahotk dijo...

Ah, bueno. Son distintos aquellos textos que pueden llegar a hacer pensar a uno, a adoptar unas creencias ajenas escribiendo como si el otro pensase.
Ese tipo de libros me gustan xD.

aprendiendo ruso dijo...

alguna vez compre un libro de Deepak Chopra, "el sendero del mago " que utiliza un ejemplo de arturo y merlin para explicar las "potencialidades" de cada uno de nosotros, bueno,sali de la libreria, ojeé el libro un poco, camine 2 cuadras y bote el libro en una caneca. nunca me habia pesado tanto botar como 15 euros a la caneca... una porqueria de libros esos

tahotk dijo...

Lo peor es que ese tipo de libros son los best-seller de ahora...

Rafa dijo...

Mola la observación. Te aconsejo que mires "hacia rutas salvajes". Y otra cosa, tu dices que el fin máximo del ser humano no tiene por que ser la felicidad. Pero planteate cual es tu objetivo en la vida. y después preguntate el porqué una y otra vez tras cada respuesta que te des; y finalmente te saldrá ser feliz.