martes, 18 de noviembre de 2008

Reflexiones al andar

"El silencio no es la ausencia de ruido, sino la ausencia de ego." By... ¿?

Hoy seguí el camino de todas las mañanas, y al fin... después de cerca de 3 meses, me di cuenta de que estaba pisando un trozo de baldosa, o como se le quiera llamar. Y claro, uno lee ésto y piensa ¿estará en silla de ruedas? ¿Se habrá vuelto majara? Creo que aún no.Y es que, ¿cuántas veces somos realmente conscientes de lo que sucede a nuestro alrededor? ¿Cuántas veces somos capaces de contemplar el presente, dejando a un lado juicios e ideas preconcebidas?
Luego, tras dar ese "primer" paso (a mis ojos), me olvidé de que andar consiste en dar más de un paso, y en definitiva, volví a perderme entre mis pensamientos, especulando sobre que cada cual hacía algo parecido a vivir dentro de una burbuja personal... porque claro, si respondo al ambiente de forma automatizada y ya tengo una idea preconcebida de este (y muy probablemente distorsionada ya que la percibo subjetivamente), ¿se puede decir que vivo realmente? ¿Qué es vivir? ¿Es algo meramente biológico?Pero bueno, me estoy saliendo del tema...
Cuando me di cuenta de que me había olvidado de que estaba caminando, volví a enfocarme en los pasos... (lo cual no es nada sencillo, pues no es lo mismo saber que uno camina, que caminar. pruébenlo!) y fui a lo largo de la calle a paso lento y casi tambaleándome.
Al llegar donde tenía que llegar, fui incapaz de comenzar una conversación con un amigo con el que me suelo encontrar. Es difícil intentar caminar y hablar a la vez, pero eso no causó problema, y él me habló sobre los temas cotidianos de siempre.
Así me mantuve más o menos hasta pasadas unas horas. y quizás fuese porque tenía la mente en blanco en aquellos momentos, pero tras esas horas, cuando tropecé con una persona (eso de concentrarse de caminar me obliga a mirar mis pies), me vino a la cabeza uno de aquellos sutras budistas que había leído hace tiempo. Hablaba sobre que todas las personas formábamos parte de un todo, que todos éramos parte los unos de los otros (no hablo del nirvana), y por supuesto, no lo entendí. ¿Qué quería decir que yo era parte del universo?
En aquel momento sólo me pareció una de esas afirmaciones paradójicas y contradictorias que solían haber en textos budistas. Pero en ese instante, lo comprendí y pude contemplar todas las semejanzas que habían entre las personas que me rodeaban y yo. Pude sentir que todas aquellas pequeñas cosas que nos diferenciaban, las poseía yo también, aunque no todas fuesen visibles.Y claro, si todos somos semejantes, esto se extendía también a ellos. Cada uno de ellos era un pequeño mundo que recogía todas las características que nos hacían ser, desarrolladas en menor o menor grado. Por tanto, todos formábamos parte los unos de los otros. Y claro, sería injusto decir que sólo ocurre esto entre humanos. Se extiende más allá, hacia todos los seres. ¿No?

P.D: ¿Alguien sabe a cuánto equivale una milla?